Netflix te ha mentido: "The Haunting of Hill House" no es una serie de terror

Imagen promocional de la serie

No estaba en nuestra lista de las series que nos engancharán durante este 2018, pero sin duda es la serie del momento, la que ha logrado aterrorizar a medio mundo y, sin embargo, no es una serie de terror. Sí, hay una casa encantada y sí, hay fantasmas. También hay algún susto y cosas horribles les suceden a los personajes, pero... No, "The Haunting of Hill House" no es un producto de terror. Y lo cierto es que no lo pretende. Porque decir que la nueva serie del gran Mike Flanagan para Netflix (adaptación de la novela homónima) pertenece al mencionado género es quedarse únicamente en lo superficial, en la forma. Hay mucho contenido en esta ficción, hasta el punto de que el viaje que propone "The Haunting of Hill House" requiere de cierta preparación emocional por parte del espectador. Lo que vamos a ver no es agradable para quien haya experimentado de cerca algunos de los temas que toca la serie: la muerte, los problemas familiares, las drogas, enfermedades mentales, la soledad... Todo está narrado con un buen gusto realmente destacable y, salvo algunos momentos en los que cuesta entrar en la trama, todo se sigue con interés.

Hay imágenes para el recuerdo

El viaje que propone "The Haunting of Hill House" es bastante peculiar, no tanto en fondo (la historia, al fin y al cabo, no narra nada que no hayamos visto ya) como en forma. La serie nos cuenta la vida de una familia que, durante el verano, se muda a una vieja casa con el objetivo de reformarla y venderla. Los meses que allí vivieron acabarían por convertirse en una pesadilla que los marcaría de por vida, incluso varios años después de haberla abandonado. Aunque son siete los grandes personajes (ocho si contamos la propia casa) que nos presenta la ficción, será a través de los ojos de cada uno de los cinco hijos por los que veremos la mayor parte de los sucesos, pues son los que mejor salen parados en relación al tiempo de metraje de la temporada. Compuesta por un total de diez capítulos, lo cierto es que tras acabarla queda la sensación de ser en general un conjunto descompensado: hay capítulos maravillosos y capítulos que se tornan densos y anodinos. 

Quizás la culpa de ello la tenga, en parte, el uso (y abuso) de los saltos temporales. Los flashbacks se suceden con tanta asiduidad en un mismo capítulo que cuesta ubicarse, el núcleo narrativo de cada salto temporal a veces adolece de un insuficiente desarrollo y queda desdibujado en un conjunto francamente confuso en ocasiones. De hecho, el primer tramo de la serie puede llegar a atragantársele a más de un espectador porque apenas se contextualiza todo lo que está sucediendo en pantalla, y en cierta forma nos obliga a realizar un acto de fe esperando que las cosas se expliquen de alguna manera en algún punto.

De izquierda a derecha: Theodora, Steven, Nell, Luke y Shirley, los hermanos protagonistas.

Por suerte, "The Haunting of Hill House" logra encontrar el tono el algunos capítulos en los que la calidad de la narración y el ritmo aumenta exponencialmente, devolviendo al espectador el interés y las ganas por saber más. La serie, para bien o para mal, nunca es demasiado explícita explicando por qué suceden las cosas que vemos (y las que no vemos), por lo que algunas dudas quedan en el aire, pero el cierre de este viaje está a la altura de la segunda mitad de la temporada, para un servidor la mejor con bastante diferencia. Atención al brutal capítulo seis, en el que Mike Flanagan pone toda la carne en el asador y es imposible despegarse del asiento, haciendo de cada giro de cámara un punto de tensión máxima.

"The Haunting of Hill House" es una entretenida serie que merece la pena tan solo por el esfuerzo que hace para intentar desmarcarse del terror más comercial, buscando su propio camino bajo sus propias reglas. Pero, al igual que en "The Walking Dead" los zombis son solo una excusa para poner a los personajes en una determinada tesitura, aquí los fantasmas solo sirven para poner de relieve las dinámicas familiares de los personajes tras haber pasado por semejante experiencia. Ni interesa la naturaleza de la casa, ni la historia de los orígenes de la misma, ni se tiene como meta la explotación de los entes como recurso terrorífico con el que interactuar con el espectador. Teniendo esto claro, "The Haunting of Hill House" es uno de los candidatos a drama del año por méritos propios: reparto, dirección, sonido, guion... Todo raya a un nivel francamente notable, tal y como nos tiene acostumbrados Netflix con sus últimas ficciones. ¿Veremos 2ª temporada? Puedes apostar que sí.